Faustino Pérez Ortiz / Biografías Espasa-Calpe

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Biografía en el Diccionario Enciclopédico Abreviado
Biografía en la Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana
 TRANSCRIPCIÓN:

Biog. Matemático y profesor español, n. en Oviedo el 29 de Julio de 1835 y m. en Alicante el 4 de Marzo de 1917. Hijo de un catedrático de la Universidad ovetense, en ella y en la de Madrid hizo sus estudios hasta licenciarse en filosofía a los diecisiete años y doctorarse en ciencias exactas y en físico- matemáticas y químicas, obteniendo siempre la nota de sobresaliente, además de premios y distinciones que le presentaban como el mejor estudiante de su tiempo acreditándolo la brillante hoja de estudios que ostentaba.

Tras reñidos ejercicios, en los que entre otras notabilidades tomó parte Castelar, ganó plaza de pensionado del Estado para la Escuela Normal Superior de Filosofía, plantel en aquella época de intelectuales, siendo el más joven de los opositores, y a los veinte años explicaba en la Universidad Central mecánica, geografía astronómica y cálculo diferencial e integral, pero afectos propios de la edad y el deseo de crear una familia le indujeron a abandonar la corte, yendo a explicar una cátedra de matemáticas del Instituto de Palma de Mallorca, donde, además, trabajó en la fundación de la Escuela Industrial, encargándose de las asignaturas de matemáticas y mecánica industrial, desempeñando al mismo tiempo el cargo de secretario. 

En 1857 formó parte de la Comisión provincial de Estadística, en 1860 fue nombrado verificador de contadores y poco después trasladó su residencia a Alicante, donde paso el resto de su larga vida siempre consagrado al estudio y la enseñanza, explicando su cátedra de matemáticas de aquel Instituto obtenida en propiedad por oposición, en la que se dio el caso de tener a los nietos de sus primeros alumnos. Hizo un sacerdocio del profesorado, y en los sesenta y tres años que perteneció a él sólo contados días faltó a su clase y jubilado ya, aún trabajaba día y noche, sorprendiéndole muchas veces la aurora ensimismado en su tarea. 

Por espacio de cerca de un cuarto de siglo fue el número 1 del escalafón de toda España, y por haber empezado a enseñar siendo todavía menor de edad y alcanzado en ejercicio edad tan avanzada, fue considerado el decano en el profesorado, no sólo de su nación, sino también del mundo entero. Al ser jubilado y despedirlo el Claustro de su Instituto en sesión extraordinaria, como prueba de afecto, pidió al Gobierno para su compañero la gran cruz de Alfonso XII, creada para premiar servicios en la enseñanza. 

En el campo científico realizó labor muy fecunda, comunicando durante largo tiempo con otros sabios y aportando al caudal en revistas y academias, tanto de España como de fuera de ella. En el Tratado de Álgebra, de Fernández Cardín, una de las obras más conocidas en las clases de matemáticas, al explicar el procedimiento empleado en la reducción de sistemas de ecuaciones de primer grado, se añade desde la edición 14.ª (1884) la condición de que en cada pareja de ecuaciones entre una ecuación de la pareja anterior, haciendo constar que la demostración de la necesidad de esta condición se debe a PÉREZ-ORTIZ

En conversaciones y conferencias expuso los profundos conocimientos que dominaba, siendo muy admirado al desarrollar temas que en determinadas épocas apasionaron a la opinión, como: Cuándo empieza el siglo, Los cambios, El patrón oro, etc.; publicó algunas obras científicas, en su mayor parte didácticas, observándose en todas ellas el empeño de huir de empirismos y sutilezas y hacer comprensibles las arideces del ramo de ciencia a que se dedicó, por lo que, a pesar de haber sido destinadas a sus discípulos, fueron adoptadas en otras cátedras, algunas de ellas de las Américas latinas. 

Todas fueron editadas en Alicante, siendo sus títulos: Lecciones de Aritmética elemental, Lecciones de Álgebra elemental. Lecciones de Trigonometría elemental y esférica, Asignatura de Geometría, Contestaciones al programa de Cosmografía y nociones de Física del globo, etc.; pero lo que más renombre le dio fue precisamente la que escribió sin pretensiones y que tituló modestamente Programa anotado, Ayuda, memorias y ejercicios del primer curso de Matemáticas elementales, que mereció un brillantísimo informe del Real Consejo de Instrucción pública en la sesión celebrada el 23 de Junio de 1894, el que termina proclamando a PÉREZ ORTIZ “uno de los miembros más respetables y distinguidos del profesorado docente”.

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